Una cubierta de piscina es una inversión importante que aporta seguridad, confort y ahorro en mantenimiento. Sin embargo, al estar expuesta al sol, la lluvia, el viento o el uso continuado, puede sufrir desperfectos. Cuando una cubierta se rompe o empieza a mostrar fallos, lo más importante es actuar con rapidez para evitar daños mayores y recuperar su funcionalidad.
En Cubriland te contamos qué pasos seguir si tu cubierta se rompe y qué medidas preventivas puedes aplicar para alargar su vida útil.
Primeros pasos si tu cubierta de piscina se rompe
Si detectas una rotura, lo primero es valorar el tipo de daño:
- Fisuras en el policarbonato: suelen aparecer con el tiempo por impactos o dilataciones térmicas.
- Problemas en los rieles o bisagras: impiden que la cubierta se deslice correctamente.
- Desgaste en juntas o anclajes: afectan a la estanqueidad y a la seguridad.
- Averías en sistemas automáticos: motores o mandos que dejan de funcionar.
En cualquier caso, no es recomendable forzar el uso de la cubierta dañada, ya que la rotura podría agravarse. Lo mejor es detener su funcionamiento y buscar asesoramiento profesional para repararla cuanto antes.
Cómo evitar que una rotura se convierta en un problema mayor
Si detectas una rotura, lo primero es valorar el tipo de daño:
- Fisuras en el policarbonato: suelen aparecer con el tiempo por impactos o dilataciones térmicas.
- Problemas en los rieles o bisagras: impiden que la cubierta se deslice correctamente.
- Desgaste en juntas o anclajes: afectan a la estanqueidad y a la seguridad.
Averías en sistemas automáticos: motores o mandos que dejan de funcionar. En cualquier caso, no es recomendable forzar el uso de la cubierta dañada, ya que la rotura podría agravarse. Lo mejor es detener su funcionamiento y buscar asesoramiento profesional para repararla cuanto antes.


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Mantenimiento preventivo para alargar la vida de tu cubierta
Para evitar roturas prematuras, conviene seguir algunas rutinas sencillas:
- Limpieza regular: retira hojas, polvo y suciedad con agua y jabón neutro. Evita productos abrasivos.
- Lubricación de rieles y bisagras: aplicar lubricante específico cada cierto tiempo previene bloqueos.
- Revisión de anclajes y juntas: asegúrate de que siguen firmes y estancos.
- Protección frente a sobrepeso: no coloques objetos ni permitas acumulación de nieve excesiva sobre la cubierta.
- Revisiones periódicas: al menos una vez al año, revisa su estado general o solicita una inspección profesional.
Estas medidas sencillas pueden marcar la diferencia entre una cubierta que dura pocos años y otra que se mantiene en perfecto estado durante décadas.
Si quieres una explicación al detalle sobre qué mantenimiento necesita una cubierta te lo contamos en este post.


¿Qué hacer si necesitas reparar tu cubierta de piscina?
Si tu cubierta presenta daños, lo ideal es contar con técnicos especializados que evalúen la situación y realicen la reparación con piezas de calidad y garantías. En Cubriland disponemos de un servicio especializado en la reparación de cubiertas de piscina, pensado para alargar su vida útil y devolverle todas sus prestaciones sin necesidad de sustituirla por completo.
Desde pequeños arreglos en paneles o rieles hasta la sustitución de piezas, nuestro equipo técnico trabaja para que tu cubierta siga protegiendo tu piscina como el primer día.
¿Quieres alargar la vida útil de tu cubierta? Confía en los expertos Cubriland para repararla y mantenerla siempre en perfecto estado.


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