Cuando hablamos de seguridad en la piscina, es normal pensar en vallas o barreras físicas. Sin embargo, no todas las soluciones ofrecen la misma eficacia, comodidad ni valor a largo plazo. Vallas de malla, vallas de cristal y cubiertas de piscina son tres de las opciones más habituales.
En Cubriland analizamos sus ventajas e inconvenientes para ayudarte a tomar la mejor decisión.
Vallas de malla: la opción básica y desmontable
Las vallas de malla se han popularizado como sistema económico y rápido de instalar. Suelen fabricarse con postes metálicos y una red flexible que impide el acceso directo al agua. Son útiles para un uso puntual, especialmente con niños muy pequeños.
No obstante, presentan varias limitaciones:
- En espacios reducidos, generan sensación de agobio al dificultar la visión al otro lado.
- Aunque sean flexibles, los postes pueden fisurarse con el tiempo si soportan demasiada presión.
- No aportan estética ni valor a la vivienda, y su durabilidad es limitada.
En resumen, son una opción temporal, pero no la mejor si buscas seguridad y fiabilidad a largo plazo.
Vallas de cristal: resistentes pero rígidas
Las vallas de cristal son más atractivas estéticamente. Transmiten exclusividad y no interrumpen la visibilidad de la piscina, lo que las convierte en una opción demandada en viviendas modernas.
Si el cristal y el acero inoxidable son de buena calidad, ofrecen resistencia y durabilidad. Sin embargo, no están exentas de inconvenientes:
- El coste inicial es mucho más elevado.
- Son estructuras rígidas, sin flexibilidad ante impactos.
- En caso de instalarse con materiales como policarbonato o metacrilato, tienden a rayarse y amarillear con el tiempo.
- No son desmontables fácilmente: su instalación implica obra y su retirada también.
Aunque mejoran la estética, no dejan de ser una barrera parcial que no protege la piscina frente a suciedad, evaporación ni ahorro energético.
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Cubiertas de piscina: la opción más completa
Si lo que buscas es seguridad real y una inversión rentable, las cubiertas de piscina son la solución más eficaz. A diferencia de las vallas, no solo evitan caídas accidentales de niños o mascotas, sino que además aportan múltiples beneficios adicionales:
- Seguridad total: impiden el acceso directo al agua cuando está cerrada.
- Ahorro de mantenimiento: evitan la entrada de hojas, polvo o insectos.
- Eficiencia energética: reducen la evaporación hasta un 70 % y mantienen la temperatura del agua hasta 8 ºC más cálida.
- Mayor durabilidad: fabricadas en materiales resistentes al sol y la humedad.
- Valor añadido a la vivienda: aportan confort, estética y revalorizan el inmueble.
En definitiva, una cubierta no es solo una medida de seguridad, es una inversión integral que multiplica el valor de tu piscina.


Entonces, ¿qué elegir?
- Si necesitas una solución puntual y de bajo presupuesto: valla de malla.
- Si valoras la estética y no te importa una inversión mayor: valla de cristal.
- Si buscas seguridad, ahorro y disfrute durante más meses al año, la respuesta está clara: cubierta de piscina.
En Cubriland somos especialistas en cubiertas para piscina, adaptándolas a cada piscina y a las necesidades de cada familia. Nuestro objetivo es que disfrutes de tu piscina con la máxima seguridad, comodidad y tranquilidad.
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