Desinfección ultravioleta: agua cristalina con menos químicos

Mantener la piscina en condiciones óptimas ya no implica almacenar bidones de cloro ni lidiar con olores fuertes. La tecnología UV-C ha llegado a las instalaciones domésticas para ofrecer una desinfección segura, eficaz y prácticamente sin residuos. En Cubriland te explicamos cómo funciona, qué ventajas aporta frente a los métodos tradicionales y por qué combinarla con una cubierta multiplica sus beneficios a lo largo de toda la temporada.

¿Cómo actúa la luz UV-C en el agua?

Un reactor UV alberga una lámpara que emite radiación ultravioleta en la banda de 254 nm, la longitud de onda con mayor poder germicida. Cuando el agua circula por la cámara de cuarzo, los microorganismos reciben una dosis letal: la radiación rompe su estructura genética e impide que puedan reproducirse, dejando al cloro un trabajo mínimo de oxidación. El resultado es agua desinfectada al instante, sin subproductos ni variaciones de pH.

Un detalle importante: el sistema UV no sustituye por completo al desinfectante químico, pero lo reduce a dosis de mantenimiento (0,3-0,6 ppm de cloro libre bastan). Así mantienes la barrera residual en la lámina sin sufrir los inconvenientes de concentraciones altas.

Beneficios directos para la salud y el bolsillo

El primer impacto positivo lo nota el bañista: menos cloraminas equivale a ojos que no escuecen y piel que no se reseca. También desaparece el olor típico de las piscinas tratadas en exceso, algo muy apreciado en recintos privados donde la piscina comparte espacio con zona de comedor o chill-out.

Desde el punto de vista económico, la reducción de productos químicos recorta los costes de temporada hasta un 50 %, y el filtro dura más tiempo sin saturarse porque la materia orgánica no llega a desarrollarse. Además, al no generar subproductos como los trihalometanos, disminuyes el impacto ambiental de cada reposición de agua.

Compatibilidad con cloración salina y filtración existente

Instalar una lámpara UV-C no obliga a renovar todo el cuarto técnico. El reactor se coloca después de la bomba y antes del retorno al vaso, independientemente de que el agua provenga de un filtro de arena, vidrio o cartucho. En sistemas de electrólisis salina el tándem funciona de maravilla: la célula produce cloro en baja dosis y la radiación UV se encarga de neutralizar virus, bacterias y protozoos. El agua queda suave, sin olor y con un desinfectante residual estable.

Si el vaso utiliza cloro convencional, bastará con reducir la dosificación automática y ajustar el ORP alrededor de 650 mV. De esta forma mantendrás un colchón de seguridad sin desperdiciar producto.

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Instalación, mantenimiento y costes anuales

  • Elección de potencia: se calcula en función del caudal de la bomba. Una piscina de 40 m³ suele requerir una lámpara de 40 W.

     

  • Vida útil: la lámpara conserva su eficacia germicida unas 9 000 h; con filtración de 8 h/día dura cerca de tres temporadas.

     

  • Consumo eléctrico: 40-60 W/h, similar al de una bombilla incandescente.

     

  • Mantenimiento: limpiar el tubo de cuarzo cada seis meses y sustituir la lámpara según especificaciones. El coste anual medio ronda los 60-80 €.

     

Estos números se compensan con la reducción en cloro, antialgas y floculantes, así como con la menor frecuencia de lavados de filtro.

UV-C y cubierta: el dúo que estabiliza la piscina

Aunque la radiación ultravioleta desinfecta al paso, la piscina sigue expuesta al sol, al polvo y a la lluvia. Cerrar la lámina con una cubierta reduce hasta un 70 % la degradación del cloro y evita que nuevas esporas entren en contacto con el agua, de modo que el reactor UV trabaja con un nivel de contaminantes mucho más bajo. La sinergia se traduce en:

  • Menos horas de filtración para alcanzar el mismo grado de pureza.

  • Disminución drástica de fosfatos y polen que potencian el crecimiento de algas.

  • Ahorro energético al conservar la temperatura del agua durante la noche.

La desinfección ultravioleta eleva la calidad sanitaria del agua, simplifica el mantenimiento y recorta los costes de forma inmediata. Si además proteges la piscina con una cubierta, estabilizas la química y alargas la vida de la lámpara, consiguiendo un sistema de tratamiento aún más eficiente y sostenible.

¿Te gustaría disfrutar de una piscina clara, sin olores y con el mínimo de químicos? Contacta con los expertos de Cubriland: analizaremos tu instalación y te propondremos la cubierta que mejor potencie los beneficios del sistema UV-C para que tu experiencia de baño sea cómoda los 365 días del año.

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