Actualización del contenido de este artículo a 05/01/24
La temperatura del agua de nuestra piscina es un aspecto primordial a tener en cuenta para disfrutar del baño al máximo. Además, los excesos en las temperaturas pueden provocar problemas en la piel y, en general, en el cuerpo de los bañistas por lo que debemos tenerlo en cuenta ya no sólo por nuestro disfrute.
Por ello, debemos medir muy bien la temperatura que queremos, para que se nos haga fácil bañarnos en el agua pero sin que sea perjudicial para nosotros.
Por eso, la temperatura ideal del agua sería aquella que tiende más a temperatura media-fría, pues las aguas calientes están reservadas para piscinas interiores o saunas. Es importante que la temperatura del agua de nuestra piscina no sea superior, por tanto, a 30 grados centígrados.
Temperatura del agua según normativa y hostelería
Existen normativas que determinan en cada comunidad autónoma la temperatura a la que han de estar las piscinas, específicamente aquellas de competición, pues para nadar hay que estar entre unos parámetros muy concretos para que sea adecuado a nuestro cuerpo. Además, el Real Decreto 742/2013 de 27 de septiembre establece los criterios técnico-sanitarios de las piscinas.
En el caso de las piscinas particulares, los grados pueden variar un poco, pero realmente podemos fijarnos en la normativa para adecuarlo en nuestro hogar y optimizar el tiempo de baño.
La temperatura del agua debe oscilar entre los 28º y los 30º; ésta sería la temperatura que suelen tener también los hoteles y las piscinas comunitarias, por lo que sería lo más cercano a una piscina particular que no sea de competición.
Aunque hay que tener en cuenta que cada cuerpo es distinto y que no a todos nos gusta la misma temperatura; por eso es importante que la temperatura adecuada oscile entre esos parámetros hasta adecuarnos a la temperatura que más nos guste. Salirnos de esos parámetros puede conllevar riesgo de aparición de microorganismos no beneficiosos para los humanos.
Para saber que la temperatura de nuestra piscina está bien debemos sentir una sensación agradable al sumergirnos en ella, ni exceso de frío, ni calor. Nos debe refrescar y aliviar del calor, y una vez llevemos varios minutos dentro de la piscina, debemos estar totalmente a gusto. Entonces, tendremos la temperatura correcta.
Cómo conseguir que la temperatura del agua esté perfecta
Mantener la temperatura adecuada del agua de tu piscina es esencial para disfrutar del baño, pero si te has preguntado cómo se eleva la temperatura del agua de la piscina, sigue leyendo.
Las cubiertas de piscina son una solución eficaz para alcanzar y mantener esa temperatura perfecta. Estas cubiertas actúan como una barrera térmica, ayudando a retener el calor del agua y evitando pérdidas innecesarias, especialmente durante las noches más frías.
Además de conservar la temperatura, las cubiertas para piscinas también brindan otros beneficios significativos. Al actuar como una capa aislante, reducen la evaporación del agua, lo que significa que necesitarás menos energía para calentarla, evitando usar caras bombas de calor. Esto no solo contribuye al ahorro energético, sino que también disminuye los costes asociados con el mantenimiento de la piscina, haciendo que las cubiertas sean una inversión inteligente y sostenible.
Otro aspecto a destacar es la prolongación de la temporada de baño. Con una cubierta adecuada, puedes aprovechar tu piscina durante más tiempo, incluso en climas más fríos.
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Hay que controlar periódicamente la temperatura del agua de la piscina
Aunque no lo parezca, es muy importante regular frecuentemente la temperatura del agua de la piscina (en caso de tener una piscina con cubierta alta o baja es más sencillo ya que no afecta tanto el ambiente), pues el clima o los distintos fenómenos meteorológicos la pueden variar. Debemos conseguir tener una temperatura más o menos regulada durante toda la temporada de baño que oscile entre el rango de temperaturas que hemos comentado.
Medir la temperatura es muy sencillo, tan sólo es necesario conseguir unos termómetros sumergibles que resistan al agua. Bastará con introducir este especial termómetro en el agua y al sacarlo, veremos la temperatura de nuestra piscina.
Por tanto, recuerda revisar con frecuencia la temperatura del agua de tu piscina para que esté en los niveles adecuados. Bañarse con agua muy fría o muy caliente puede ser malo, pues podemos sufrir sudoración, entre otras cosas. Lo ideal es conseguir una temperatura que nos dé una agradable sensación pero sin llegar a extremos: no más de 30º serán suficientes para que bañarse en nuestra piscina no nos cause problemas.
Ahora es el momento de hacerte con una cubierta de piscina.
¡Que nada te pare para disfrutar de un buen baño en tu piscina!
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