Cómo hacer una piscina de obra elevada

Las piscinas elevadas gozan de gran popularidad y cada vez se están instalando en una mayor cantidad de viviendas.

Las piscinas de obra elevada son aquellas que no están a ras de suelo, sino que se construyen a partir de este. Es posible que a penas requiera excavación y todo el vaso de la piscina se encuentre sobre la superficie. Por este motivo, cuenta con ventajas en la construcción que cada vez se tienen más en consideración.

No obstante, hay otras ventajas a tener en cuenta. Los motivos incluyen el ahorro de espacio que ofrecen, así como el presupuesto necesario para construirlas, el cual suele ser menor en comparación a otros modelos. Además, también son un buen soplo de aire fresco en términos de diseño.

¿Qué hay que tener en cuenta para hacer una piscina de obra elevada?

Si te llama la atención uno de estos modelos, posiblemente querrás saber cómo hacer una piscina de obra elevada.

1.

Hacer las comprobaciones obligatorias

Antes de contratar a un equipo para construir una de estas piscinas, hay que asegurarse de conocer cuáles son los límites a los que podemos acceder y qué debemos tener en cuenta. Un profesional podrá hacer un estudio completo acerca de la situación de nuestra vivienda, asegurándose del peso que podríamos dedicar a la piscina, las dimensiones y las características de la misma.

Este es un paso clave antes de comenzar, ya que nos pondrá los límites y, a partir de ese punto, tendremos la posibilidad de elegir cómo querremos la piscina elevada de obra.

Definiremos el lugar donde se colocará siguiendo las recomendaciones de los expertos, sobre todo fijándonos en que no exista ningún elemento eléctrico cercano ni tampoco árboles cuyas hojas puedan manchar el agua.

2.

Comienza la construcción de la piscina

Tras tomar las decisiones y visualizar el lugar donde se colocará la piscina, será el momento de dar inicio a la construcción con el levantamiento del muro perimetral. Esta estructura es la que creará el entorno en el cual se encontrará la piscina, la cual crece hacia arriba en vez de hacerlo hacia abajo como en las piscinas tradicionales. De ahí el término “elevada”.

El muro perimetral rodea un espacio que será donde se colocará el vaso de la piscina.

Es de suma importancia que este interior sea totalmente liso, a ser posible de una forma estándar o ya calculada para que el vaso se pueda colocar con facilidad. El relleno de este hueco tiene que llenarse con una mezcla que se encuentra formada por cemento y arena.

3.

Impermeabilización de la piscina de obra elevada

Se podría decir que hay cuatro fases importantes en la construcción de estas piscinas, y la impermeabilización es la segunda de ellas. Es un paso fundamental debido a que será lo que evite que se produzcan fugas o que haya problemas entre la propia estructura principal y el depósito de agua. Por lo tanto, es necesario llevar a cabo dos capas de impermeabilización.

  • La primera de ellas se realiza en la estructura

  • Mientras que la segunda habrá que darla junto a los acabados.

Los materiales usados para impermeabilizar tienen que estar en consonancia en todas las partes de la piscina o, dicho de otra manera, en todos los lugares de esta en los que haya contacto con el agua. En el proceso de impermeabilización ya hay que tener en cuenta que la piscina necesitará una serie de conexiones de fontanería, como un desagüe que servirá para solucionar cualquier fuga que se pueda producir.

4.

Acabado de la estructura

Hay que pensar que, más allá del muro que se haya levantado originariamente, hay que proporcionarle a la piscina un acabado que le permita destacar. Hay distintas opciones y la elección de un material u otro responde a los gustos personales de cada usuario o a las necesidades que haya dependiendo de la forma de la piscina o de las características del lugar donde se instale.

El material más utilizado es el acero inoxidable, debido a que proporciona el mayor nivel de resistencia y, por otro lado, tiene la ventaja de resultar muy versátil. Si el aspecto de las placas de acero inoxidable no nos convence, lo que podemos hacer es darle un acabado personalizado con otro tipo de material. Hay muchas combinaciones entre las que elegir, como PVC.

En el caso de estar buscando un estilo más rústico y encantador, lo que seguro que no falla es la opción de la madera, con la cual se pueden conseguir algunas de las piscinas elevadas más atractivas, sobre todo si la colocamos en una azotea.

Además, recuerda que en todo tipo de piscinas se puede adaptar una cubierta de piscina. Infórmate en Cubriland sobre tus opciones.

5.

Llena la piscina de agua

Por último, hay que proceder al llenado de agua. Es importante que sea fácil conectar el skimmer a un punto de electricidad, pero de manera que no exista riesgo de contacto con el agua. Esto nos garantizará que tendremos una piscina limpia y que, aunque no tenga tanta profundidad como piscinas de obra más clásicas, podremos disfrutar de ella relajándonos y en fantásticas sesiones bajo los rayos del sol.
Descubre más sobre su mantenimiento en nuestro artículo sobre el tratamiento de la piscina al inicio de temporada.