Mejorar la seguridad de los niños en la piscina

Aunque toda la familia disfruta de la piscina, quienes más se divierten en ella son los niños. Para los más pequeños de la casa, la piscina es un lugar muy especial cuyas horas de baño y risas recordarán siempre. Por ello, nos tenemos que asegurar de que la seguridad infantil en la piscina es máxima y que no existen riesgos de que se produzca ningún tipo de incidente. ¿Cómo lograrlo?

En las próximas líneas te explicaremos todos los pasos necesarios para garantizar que la seguridad de los niños será máxima. Hace un tiempo publicamos la normativa de seguridad en las piscinas, pero ahora vamos a ahondar en medidas para proteger a nuestros pequeños. Y, por supuesto, los adultos también se beneficiarán de estos ajustes de seguridad que hagáis.

1.

Pon vallas que protejan y separen

No hay nada que nos preocupe más que imaginar que un niño pequeño pueda caerse en una piscina sin que nos demos cuenta o sin que nos dé tiempo de reaccionar.

Por ello, para evitar esos accidentes como caídas o aventuras infantiles varias, tenemos que instalar vallas protectoras que ayuden a poner unos límites de acceso. Su colocación es muy sencilla y práctica, ya que tienen altura suficiente para que no se puedan saltar y permiten acceder a su interior con facilidad por parte de adultos y niños de una edad más avanzada.

La valla tiene dos funciones:

  • La primera de ellas es bloquear el acceso a los niños, sobre todo a los que son tan jóvenes que no tienen conocimiento del riesgo al que se están exponiendo y que, al mismo tiempo, se ven atraídos por el agua de la piscina.

  • La segunda función es actuar como elemento disuasorio, puesto que una valla siempre extiende una sensación de prohibido que evitará que los niños se acerquen al agua.

vallas que protejan
2.

Cubre la piscina cuando no se use

Los padres lo intentamos, recoges los juguetes y vigilas la posición de los peques, pero no podemos tener ojos en todas partes ni controlar a los niños de una manera permanente. Por ello, hay que asegurarse de que la piscina no se presenta como un lugar peligroso para los jóvenes. Y una de las mejores maneras de hacerlo es con una cubierta que evite accidentes y que, al mismo tiempo, proporcione a la piscina ventajas importantes.

La cubierta, en especial una de diseño isotérmico, ayuda a proteger el agua de suciedad, mantiene la temperatura, reduce el volumen de evaporación del agua y ayuda a evitar accidentes. Los niños no podrán caerse dentro de la piscina y conseguirás tantos beneficios por la implementación de la cubierta que estarás obteniendo un valor añadido irresistible.

Para conocer más sobre las cubiertas de piscina, sólo tienes que ponerte en contacto con nosotros y te ayudaremos en la elección de la mejor candidata con todas las medidas de seguridad garantizadas.

3.

Pon luces que iluminen bien

Es frecuente que los niños, en la comodidad del entorno del hogar y su seguridad, disfruten de la piscina en verano incluso cuando ha caído la noche. ¿Cuántas veces hemos organizado cenas a la luz de la luna mientras los niños y los demás miembros de la familia se dan un divertido baño? Pero el riesgo de que se produzca un resbalón, que alguien se caiga o que sufra un accidente es elevado, puesto que la falta de luz se convierte en un serio problema.

La solución por la que puedes optar es variada, desde la instalación de luces halógenas a sistemas de iluminación de fibra óptica. Además, no dejes pasar las originales propuestas que se pueden conseguir en la actualidad con bombillas LED, las cuales proporcionan algunas de las mejores ideas de iluminación disponibles en el mercado. Te lo contábamos todo en otro de nuestros artículos: https://cubriland.com/iluminacion-para-piscinas/

4.

Cuidado con los productos químicos

Para limpiar la piscina y mantenerla a pleno rendimiento utilizamos productos químicos, como alguicidas o pastillas de cloro. Todo ello es necesario, pero se debe utilizar siempre con control y sin exceder las cantidades recomendadas. Además, también hay que tener cuidado con el lugar donde almacenamos estos productos, asegurándonos de que no están al alcance de los niños.

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4.

Como último recurso: la alarma de inmersión

Es recomendable que optes por los métodos de seguridad que te hemos recomendado en los puntos anteriores, pero todavía hay una propuesta que es conveniente instalar. Se trata de la alarma de inmersión.

Las alarmas siempre son el último punto de defensa ante distintos problemas o riesgos. En el caso de la piscina, la colocación de una alarma de inmersión nos avisará si se produce algún tipo de entrada en el agua. Así, si escuchamos la alarma, sabremos que tendremos que ir rápidamente a la piscina porque alguien se habrá caído dentro.

Por supuesto, la alarma no es inteligente y detecta la entrada en el agua también de objetos o incluso de pájaros que puedan haber bajado a beber. Pero siempre es mejor recibir uno de estos avisos que llegar a sufrir un accidente por no tener una alarma instalada.