Nadar es una actividad divertida de la que cualquiera puede disfrutar. Todavía más si cuentas con una piscina propia en tu hogar de la que puedes disfrutar durante horas y horas.
Sin embargo, hay algunos posibles peligros que conviene conocer antes de lanzarse a la piscina. Entre ellos se incluyen el estado de la piscina, la temperatura del agua o el estado de tu cuerpo frente a la inmersión y otros factores que pueden provocar una experiencia desagradable si no se tiene cuidado. Sobre todo, se debe tener en cuenta antes de iniciar la temporada de baño para disfrutarla al máximo.
En este artículo abordaremos estas cuestiones para que tu próximo baño o el primero de la temporada sea seguro y agradable.
Consejos para darte un baño seguro
Si se trata de una piscina pública o comunitaria, lo primero es leerte las normas de la piscina, pero si se trata de tu propia piscina, descubre más consejos a continuación.
Estado de mantenimiento de la piscina
Los principales problemas que se pueden dar en una piscina están derivados del mal mantenimiento de la misma.
Por ejemplo, los tropiezos o heridas en escaleras o esquinas de la piscina son consecuencia de la mala situación de alguno de sus materiales de construcción. No obstante, otros problemas relacionados con el mantenimiento del agua son los ojos o mucosas irritadas, con escozor o molestias tras el baño. Se debe a los niveles de pH y cloro del agua incorrectos.
No obstante, pese a controlar el buen estado del agua, siempre se recomienda nadar con gafas adecuadas cuando se va a abrir los ojos debajo del agua.
También es necesario usar adecuadamente cualquier producto químico que se vaya a incorporar en la piscina y es recomendable, para minimizar la exposición, es aconsejable ducharse al salir del agua.
Recuerda que en nuestro post anterior te explicamos que una de las razones para instalar una cubierta de piscina en tu hogar es que necesitarás dedicarle menos tiempo a la limpieza de la piscina al quedar protegida de agentes externos como hojas, insectos, etc.
Cuidado con el calor y la deshidratación
En verano es común que los grados aumenten mucho en las horas centrales del día y, aunque entres al agua para evitar este calor, también puede tener una parte peligrosa si previamente el cuerpo ya ha entrado en un estado de deshidratación o golpe de calor.
El agotamiento por calor es una afección que provoca mareos y debilidad. También puedes tener náuseas, dolor de cabeza o aturdimiento. Si sufres un golpe de calor, sal del agua y busca un lugar fresco y cómodo mientras te sigues hidratando con agua.
De forma totalmente contraria, también es posible sufrir una hipotermia en la piscina si la temperatura del agua es muy baja (en invierno) y te expones a ella durante demasiado tiempo.
En ambos casos nos puede ser idónea una cubierta de piscina dado que aumenta la temperatura del agua en los meses más fríos y te protege del exterior mientras que en verano el tipo de materiales que usamos puede ser idóneo para proteger de los rayos solares peligrosos. Aún así, usa siempre protección solar.
Nuestras cubiertas altas son ideales para poder disfrutar de tu piscina sin tener que preocuparte de los rayos UVA y de otros elementos de la naturaleza. Seguridad, estilo y comodidad.
Seguridad, estilo y comodidad
Quizá no es un problema común en adultos, pero muchos niños deciden beber agua de la piscina sin conocer las implicaciones de ello.
Tragar demasiado cloro puede provocar infecciones de oído, dolores de estómago e incluso diarrea. Por ello también es muy importante mantener los niveles justos de cloro según la recomendación que te ofrecemos en diferentes post.


Alcohol y baños, cuidado
Por último, queremos recordarte los peligros de beber y meterte en la piscina; sobre todo si estás tú solo.
Un número elevado de alcohol en sangre aumenta el riesgo de deshidratación y desmayo en el agua lo que es muy peligroso. Si sientes que necesitas beber algo antes de ir a nadar, intenta comer algo con sodio en su lugar, como pan o queso, para ayudar a retener los niveles de líquido en tu cuerpo.
Además de ser peligroso si se consume en exceso, beber demasiado alcohol también puede hacer que te sientas menos cansado de lo normal durante el ejercicio; sin embargo, esta sensación puede ser engañosa, ya que en realidad enmascara la fatiga al tiempo que aumenta la degradación muscular con el tiempo. Con ello, aumenta el peligro de tragar agua o ahogarse.
Incluso aunque no te bañes, si estás cerca del borde de la piscina con una gran cantidad de alcohol en sangre, se pueden producir caídas indeseadas. Ello también lo evita una cubierta de piscina adecuada.
Con todos estos consejos esperamos que tu siguiente baño sea perfecto y seguro. Además, cuenta con Cubriland para la instalación de tu cubierta de piscina. Nunca habrás disfrutado tanto de tu piscina.


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